La Inteligencia Emocional es un término que ha tomado auge a partir de 1998 con el autor Daniel Goleman, quien en su serie de libros, nos ha mostrado y evidenciado, que el éxito no se debe solamente al coeficiente intelectual (IQ), sino al desarrollo de las habilidades sociales y emocionales.
Sin embargo, la inteligencia emocional tiene orígenes muy antiguos, ya que Aristóteles decía “Educar la mente sin educar el corazón, no es educar en absoluto”, en su frase, ya nos hablaba sobre inteligencia emocional. Existen otros autores como Robert L. Thorndike (1920) que con el término de inteligencia social describía la habilidad de conocer y comprender a otras personas. David Wechsler (1940) hacía hincapié en la influencia de factores no intelectuales en el comportamiento. En 1983 Howard Gardner en su teoría de Inteligencias Múltiples, enlistaba la inteligencia inter-personal (relaciones sociales) y la inteligencia intra-personal (concepto, conocimiento y aceptación propia). Wayne Payne (1985) dio el término “inteligencia emocional” en su tésis doctoral titulándola: “Un estudio de las emociones: el desarrollo de la inteligencia emocional”. Y finalmente, aparece Daniel Goleman quien en 1995 publicó su libro “Inteligencia Emocional”.
De acuerdo a éste último autor, el éxito tiene relación directa con la habilidad para manejar adecuadamente las emociones (Inteligencia Emocional). De ahí la importancia de aprender a desarrollarla.
Si logramos desarrollar la IE en las personas, lo que estamos haciendo es brindar las herramientas necesarias para que logren sus objetivos en la vida. En nuestro programa, buscamos que los niños y adultos aprendan a:
Conocerse, para poder reconocer sus emociones.
Manejar y expresar sanamente sus emociones.
Buscar alternativas diferentes para la solución de problemas.
Mejorar la comunicación, fomentando y desarrollando la asertividad y la empatía.
Fomentar la toma de decisiones que lleven al logro de su plan de vida.